Tuesday, June 30, 2009

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Conviviendo con animales ... y virus










Hay más de 200 zoonosis que pueden transmitirse a través de virus, bacterias, protozoarios, priones, hongos y gusanos y presentarse en diferentes regiones de México y el mundo, y con las que el hombre, de acuerdo con los especialistas, ha tenido que aprender a convivir a través de la prevención. Los estudios señalan que los virus que afectan mayormente a los humanos son de origen porcino y aviar.

Para los especialistas en virología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Lorena Gutiérrez y Juan Ludert, el virus del dengue, que se transmite por mosquitos (aedes aegypti, aedes albopictus) en zonas tropicales, es una de las zoonosis más preocupantes en nuestro país, pues existen más de 40 mil casos de personas infectadas.

Una forma más severa de esta enfermedad es el dengue hemorrágico (DH), que puede ser fatal si no se reconoce o trata de forma adecuada. Este mal se caracteriza por fiebre que dura de dos a siete días, durante los que las personas presentan síntomas generales que pueden ocurrir con muchas otras enfermedades (náusea, vómito, dolor abdominal y dolor de cabeza), a lo que siguen manifestaciones hemorrágicas.

No obstante, señalan veterinarios zootecnistas, la emergencia de zoonosis en México y el mundo depende también del crecimiento demográfico, de la salud de la población, las condiciones climáticas, ecológicas, la agresión que se haya producido en el medio ambiente a causa de la producción y en consecuencia la frecuencia de convivencia con las especies y su hábitat invadido.

“Con el cambio climático habrá mosquitos de zonas tropicales que tal vez ya no mueran porque no habrá frío y sí un aumento de la temperatura, convirtiéndose con ello en transmisores activos de zoonosis”, dice Ramiro Ramírez. “Debemos prepararnos para nuevos agentes infecciosos”, señala por su parte el médico veterinario zootecnista Juan Garza, quien, por ello, dice, impulsa un concepto llamado “Una Salud”, el cual consiste en tratar de mantener un equilibrio saludable entre los animales (silvestres, de compañía, de producción), los humanos y el medio ambiente, con la finalidad de evitar en mayor grado las zoonosis.

El interés y preocupación por este fenómeno es de tal importancia que la revista National Geographic en su edición en español dedicó su portada de junio al artículo “Cuando los virus mutan. Enfermedades zoonóticas: transmisión de animales a humanos”, donde se subraya que alrededor de 60% de las enfermedades humanas conocidas se comparten entre animales y personas.

Cuando en Tamaulipas se decidió deforestar para aumentar la extensión de tierras para el cultivo y la crianza de cerdos, se tuvieron que exterminar coyotes, gatos monteses y pumas que habitaban en la zona y que en la cadena alimenticia son los depredadores de los roedores. Todo ello se hacía con el propósito de lograr óptimas condiciones para la producción porcina.

El resultado inicial de esa invasión fue un desequilibrio microbiano generalizado que se agravó al detectarse que los roedores empezaron a inundar la región y no había una forma natural para su eliminación. Fue así como se identificó en los cerdos la Encefalo-miocarditis, enfermedad que también encuentra a los roedores como huéspedes.

En esa ocasión, por ser una variedad menos agresiva, infectó sólo a lechones que murieron, incluso de muerte súbita asintomática. A pesar de que no se hizo oficial ningún caso en humanos, la posibilidad de contagio aún existe, advierte Ramiro Ramírez, coordinador de la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UAM-Xochimilco.

Estas enfermedades transmisibles de animales a hombres se las identifica con una palabra poco conocida: zoonosis, las que “en general se presentan en los humanos por su actividad o exposición con los animales, ya sea por su actividad laboral o ubicación geográfica”, comenta Fernando Gual Sill, especialista en fauna silvestre.

El famoso virus del Oeste del Nilo, que fue detectado en Nueva York y transmitido por la picadura del mosquito Culex, no sólo se manifestó en cuervos y caballos en México, sino también en humanos, a pesar de que no hubo reportes oficiales.

El Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS), identificado como coronavirus y por el que en 2003 murieron más de 700 personas en el mundo, puede resultar un ejemplo claro de este tipo de alteraciones. Se presume que el contagio al hombre en China se dio a través de la ingesta y cercanía de animales como el gato de algalia o la civeta, los que habían sido infectados a su vez por murciélagos, reservorios de este virus.

Zoonosis menos sofisticadas se pueden presentar con animales domésticos como los perros y gatos, pues pueden contagiar 25 enfermedades diferentes, transmitidas principalmente por la materia fecal. Poco frecuente, pero que puede presentarse ante la falta de higiene humana en el contacto con los perros domésticos, es un quiste hidatídico que puede desarrollarse en hígado, pulmón o cerebro, por la ingesta de huevecillos del parásito adulto (echinococus) a través de las heces del animal.

Otro animal que puede contagiar a los humanos y que se encuentra al alcance de los pequeños en casa, es la tortuga acuática, la cual puede transmitir salmonella, a través de las heces. Asimismo, las palomas, a las que la gente alimenta en las plazas públicas, transmiten 30 enfermedades a través de su excremento.


Fuente: El Universal